El
consumo de alcohol entre los menores resulta muy preocupante. El descenso de la
edad de inicio es una importante problemática sanitaria, para la mayoría de
los países de occidente.
En Europa y América se vienen ensayando programas
novedosos y modificaciones legislativas que apuntan a atacar esa preocupante realidad.
No cabe dudas que la modalidad de consumo de moda, entre adolescentes y jóvenes, los expone a un conjunto de riesgos.
Hoy se
reflexionará sobre otro tipo de consumo que se puede instalar entre los
adultos.
“Llego a casa de trabajar y me tomo una copa para relajarme
o desconectar”.
Hasta
hace poco tiempo en las telenovelas que
se producían en nuestra región los personajes principales mientras conversaban
se servían generosos vasos de alguna bebida destilada, que tenían en sus
oficinas o en sus casas. En algunas
series actuales de abogados éstos tienen botellas en sus estudios, para
festejar sus éxitos.
Algunas campañas publicitarias de bebidas destiladas
trabajan sobre esa idea: se presentan como las bebidas de los hombres, en
general varones, exitosos. En este momento, en nuestro país, hay un par de
piezas publicitarias donde compatriotas, que claramente puede ser identificados
como adultos que han resultado exitosos en lo suyo, hablan de si mismos. Cuando
las piezas están por culminar una voz en off recomienda beber con
responsabilidad.
Se puede
comenzar por tomar una copa cada día y, en ocasiones, la tolerancia que genera
el alcohol en el organismo, puede llevar a que la dosis vaya aumentando. De una
copa se pasa a dos…o tres.
-“…Comencé
a beber una copa de vino tinto solo para relajarme”- dijo Beata Klimek una polaca de
mediana edad. -“Yo era la esposa de un médico y me sentía mas sola que nunca.
Éramos miembros de un club exclusivo y teníamos todo lo que queríamos, pero me
sentía muy infeliz”- Esta bella mujer experimentó muchas pérdidas personales en
poco tiempo, quizás mas de las que pudo procesar sola. Para lidiar con ellas
comenzó a beber más de la cuenta, hasta que tuvo que consultar. Klimek relató: -“Me
diagnosticaron depresión y ansiedad, y mi forma de lidiar con ella era beber
alcohol. Era como una medicina para evadirme. Yo quería desaparecer, no sentir,
no pensar. Trataba de tomar hasta morir”.- Hace cuatro años que ella dejó de
beber, luego de ser tratada, y se planteado hablar sobre sus problemas con la
bebida.
El
objetivo de este post es el de reflexionar sobre un uso “medicinal” del consumo
de alcohol. Por supuesto que un uso auto-recetado; de una droga de venta libre,
accesible y socialmente valorada. Las dosis terminan siendo variables, pues van
en aumento y los efectos perjudiciales de ese tipo de consumo comienzan a
percibirse con el correr del tiempo. Se debe tomar conciencia que se puede
pasar de un consumo diario, procurando relajarse, a un consumo problemático
casi sin darse cuenta. Los adultos debemos analizar nuestro vínculo con el
alcohol.
Link a la página WEB donde se encuentra el video de Beata Klimek (en inglés)
Link a la página WEB donde se encuentra el video de Beata Klimek (en inglés)