jueves, 15 de diciembre de 2011

"Una copa para relajarme al final de la jornada"


El consumo de alcohol entre los menores resulta muy preocupante. El descenso de la edad de inicio es una importante problemática sanitaria, para la mayoría de los países de occidente. 
En Europa y América se vienen ensayando programas novedosos y modificaciones legislativas que apuntan a atacar esa preocupante realidad. No cabe dudas que la modalidad de consumo de moda, entre adolescentes y jóvenes, los expone a un conjunto de riesgos.
Hoy se reflexionará sobre otro tipo de consumo que se puede instalar entre los adultos.


“Llego a casa de trabajar y me tomo una copa para relajarme o desconectar”.

Hasta hace poco  tiempo en las telenovelas que se producían en nuestra región los personajes principales mientras conversaban se servían generosos vasos de alguna bebida destilada, que tenían en sus oficinas o en sus casas.  En algunas series actuales de abogados éstos tienen botellas en sus estudios, para festejar sus éxitos. 

Algunas campañas publicitarias de bebidas destiladas trabajan sobre esa idea: se presentan como las bebidas de los hombres, en general varones, exitosos. En este momento, en nuestro país, hay un par de piezas publicitarias donde compatriotas, que claramente puede ser identificados como adultos que han resultado exitosos en lo suyo, hablan de si mismos. Cuando las piezas están por culminar una voz en off recomienda beber con responsabilidad.

Se puede comenzar por tomar una copa cada día y, en ocasiones, la tolerancia que genera el alcohol en el organismo, puede llevar a que la dosis vaya aumentando. De una copa se pasa a dos…o tres.  

-“…Comencé a beber una copa de vino tinto solo para relajarme”- dijo Beata Klimek una polaca de mediana edad. -“Yo era la esposa de un médico y me sentía mas sola que nunca. Éramos miembros de un club exclusivo y teníamos todo lo que queríamos, pero me sentía muy infeliz”- Esta bella mujer experimentó muchas pérdidas personales en poco tiempo, quizás mas de las que pudo procesar sola. Para lidiar con ellas comenzó a beber más de la cuenta, hasta que tuvo que consultar. Klimek relató: -“Me diagnosticaron depresión y ansiedad, y mi forma de lidiar con ella era beber alcohol. Era como una medicina para evadirme. Yo quería desaparecer, no sentir, no pensar. Trataba de tomar hasta morir”.- Hace cuatro años que ella dejó de beber, luego de ser tratada, y se planteado hablar sobre sus problemas con la bebida.

El objetivo de este post es el de reflexionar sobre un uso “medicinal” del consumo de alcohol. Por supuesto que un uso auto-recetado; de una droga de venta libre, accesible y socialmente valorada. Las dosis terminan siendo variables, pues van en aumento y los efectos perjudiciales de ese tipo de consumo comienzan a percibirse con el correr del tiempo. Se debe tomar conciencia que se puede pasar de un consumo diario, procurando relajarse, a un consumo problemático casi sin darse cuenta. Los adultos debemos analizar nuestro vínculo con el alcohol. 


Link a la página WEB donde se encuentra el video de Beata Klimek (en inglés)

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