jueves, 1 de septiembre de 2011

Algunos tips necesarios para padres de adolescentes



¿Qué podemos hacer los padres?[1]

Miguel Carbajal Arregui
Gabriel Rossi
Allen Bottrill

1.      "...A pesar de que los hijos adolescentes vayan ganando en autonomía los padres no debemos retirarnos de escena, muy por el contrario en esta etapa debemos seguir acompañándolos.

2.      Debemos estar abiertos a escuchar a nuestros hijos, a promover  espacios donde se pueda dar un intercambio. ¿Cuántas veces una televisión prendida monopoliza la atención de todos en un momento de encuentro de la familia? La hora de la cena es un buen momento para generar un espacio donde la comunicación sea un camino de ida y vuelta. Los adultos debemos compartir pensamientos y sentimientos con nuestros hijos y manifestar interés por lo que les sucede. En los momentos de intercambio se van confrontando opiniones; se reflexiona sobre los valores y se generan aprendizajes que resultan relevantes para el afrontamiento de las dificultades cotidianas. En ese tiempo de intercambio familiar se van incorporando habilidades comunicacionales y pautas que resultan útiles para la socialización. Un desafío que tenemos los adultos es de saber encontrar, o generar, los espacios y oportunidades para hablar. Espacios que no deberían  ser solo lapsos mientras hacemos otras cosas. Conviene que nos preguntemos: ¿Tenemos un tiempo y un espacio habitual para hablar con nuestros hijos? ¿Hay algún momento en que somos especialmente accesibles a ellos? ¿Cuándo? ¿Adentro del auto? ¿Luego que presenten una crisis o de que tengamos un conflicto?

3.      Es importante que estimulemos la autoestima de nuestros hijos a partir del reconocimiento de sus potencialidades y aptitudes personales. Una mejor autoestima será de utilidad para que puedan sentirse más fuertes al enfrentar los dilemas cotidianos, o para poder ellos mismos poner algún límite. A la hora de promover su autoestima se debe tener en cuenta que si se los elogia en demasía, o sin fundamento, esa conducta también será contraproducente.

4.      Las equivocaciones de nuestros hijos deben ser reconocidas como errores que forman parte de los necesarios procesos de aprendizaje. Debemos evitar juzgar, ridiculizar o comparar a nuestros hijos con otros. Nunca como en este caso tiene tanta vigencia la máxima de que las comparaciones son odiosas.

5.      Debemos promover en nuestros hijos una autonomía personal al jerarquizar su juicio por sobre las presiones que puedan ejercer sus amigos o la publicidad.

6.      Es muy importante que reforcemos su tolerancia a la frustración, rescatando la importancia de los procesos y del esfuerzo personal para la adquisición de logros personales.

7.      Debemos hablar en casa sobre el cuidado de la salud y sobre las drogas, pero siempre teniendo en cuenta la edad de nuestros hijos y aportando opiniones fundamentadas. Los padres además debemos ser concientes que nuestros  hijos no se identifican solo con lo que decimos sino también con nuestras acciones. Por ese motivo es muy importante que reflexionemos sobre cómo nos ubicamos respecto al consumo  de alcohol, ya que somos uno de los modelos con quienes ellos se identifican.  

8.      Debemos establecer normas de convivencia que resulten adecuadas. Éstas deben ser razonables y pasibles de ser explicadas; se deben poder cumplir; estar adaptadas a cada edad; ser claras y sobre todo sostenidas con firmeza. Debe quedar claro que su respeto o transgresión generará consecuencias que luego deben llevarse adelante. Podemos pensar en un ejemplo sobre el establecimiento de horarios que puede resultar ilustrativo. Si se fija un horario para llegar a casa luego de las salidas entre semana, deberíamos estar preparados para enfrentar una intensa negociación, ya que para nuestros hijos muchas veces va a haber una razón especial para querer llegar más tarde. También debemos tener claro cuáles serían las consecuencias de si una norma que nos parece necesaria, razonable y ya se ha explicado, resulta frecuentemente desatendida.

9.     Debemos promover que nuestros hijos participen de alternativas de ocio saludable. Es también importante que compartamos espacios con ellos.

10. Ante las preguntas: ¿a qué  juegan nuestros hijos?; ¿qué espacios tienen para su tiempo libre y qué lugar ocupamos en el mismo?; ¿qué programas de TV miran? o ¿qué música les gusta? muchos padres podrían  responder que no lo saben. Debemos tener en cuenta que al modelo educativo de apoyo -que hemos comentado más arriba- no se puede “caer en paracaídas”. No podemos aportar el apoyo necesario si no conocemos por donde transita la vida de quien queremos apoyar. No basta con que pensemos “yo la viví y por eso los puedo guiar” Los padres debemos implicarnos en la vida de nuestros hijos.


11. Nuestra previsibilidad tendrá una importancia de primer orden. Los padres que improvisan frente a las infinitas situaciones cotidianas estimulan a que sus hijos funcionen del mismo modo. Si bien es cierto que no podemos tener “una respuesta para todo”, tiene que haber un marco del que sostenerse. Si nos encontramos de mal humor o preocupados por otros problemas probablemente no sea un buen momento para tomar una buena decisión a partir de algún conflicto.

12. Ambos miembros de la pareja de padres debemos estar de acuerdo sobre las pautas generales, ya que la falta de un acuerdo entre los progenitores deja un margen negativo para que los hijos hagan un aprovechamiento de las contradicciones. En caso de dudas siempre se puede recurrir a algún especialista que ayude a revisar los esquemas que entran en contradicción"....



[1] Extraido de la "Guia para padres preocupados" del libro "La previa: El consumo de alcohol entre los adolescentes. Guía para padres y educadores" de Rossi, Carbajal y Bottrill 

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