miércoles, 10 de octubre de 2012

10 de Octubre: Día Mundial de la Salud Mental


Se ha elegido el 10 de octubre como Día Mundial de la Salud Mental. Todos los años se selecciona un tema, este año es “Depresión: una crisis global”. 

Comunicado de la SPU: “La Sociedad de Psiquiatría del Uruguay suscribe firmemente el propósito de informar acerca de este problema: la depresión afecta a individuos, familias, sociedades economías en forma muy importante. Es además una condición identificable y tratable con buenos resultados.

Algunos datos. Se estima que 350 millones de personas padecen esta patología. La Organización Mundial de la Salud prevé que en 2020 será la segunda causa de discapacidad, y en 2030 la enfermedad que genera mayor carga sobre la salud pública en el mundo.  Se asocia con frecuencia a pobreza, dificultades sociales, violencia, soledad, adicciones y a otras enfermedades psíquicas o físicas. A su vez, la depresión conlleva dificultades para superar la pobreza y los problemas relacionales, condenando a personas y familias a un círculo de sufrimiento.  Las crisis económicas generan repercusiones depresivas en la población (en Uruguay tuvimos prueba de ello). Además, en esos períodos se recortan gastos en salud empeorando la situación.

La depresión grave puede conducir al suicidio: 66% de los afectados piensan en autoeliminarse y 15% lo intentan. Se suicidan un millón de personas por año en el mundo -3000 por día-, y por cada suicidio consumado hay 20 intentos de autoeliminación.  En Uruguay una de cada diez personas tiene en este momento una depresión y dos de cada diez la padecerán en algún período de su vida. Afecta a niños y adolescentes, y es 50% más frecuente en mujeres que en hombres.  Muchas veces se la considera un signo de debilidad, estigmatizándose a la persona, acusándola de no tener suficiente voluntad, culpándola de su enfermedad.

 
Causas y síntomas. Las causas de la depresión pueden ser múltiples, orgánicas y/o emocionales. Perturba la capacidad de pensar y razonar, los sentimientos, el organismo y la vida de relación social y laboral.

Sus síntomas pueden incluir ánimo disminuido, desesperanza, pérdida de interés y placer, sensación de culpa, baja autoestima, trastornos del sueño y el apetito, abatimiento y dificultades para concentrarse. También puede haber irritabilidad, mal humor y ansiedad.  Debe diferenciarse depresión de tristeza normal o duelo por hechos naturales de la vida. Los pacientes lo distinguen por su cualidad de dolor psíquico muy agudo e intenso, a menudo con dificultades para llorar o expresar lo que sienten. Se diferencia también porque la tristeza y el dolor no corresponden a la realidad o son exagerados.  La depresión puede ser leve, moderada o grave; aguda, crónica o recurrente pero siempre impacta a la persona y su entorno. Puede presentarse como único problema o alternando con humor exaltado, hiperactividad, insomnio y aumento de energía. También puede estar asociada a otras patologías.  Existen formas de depresión enmascarada, atípica, y su diagnóstico requiere experiencia y conocimiento clínico avanzado. Otras son más fácilmente reconocibles.

 
Terapéutica. Los tratamientos incluyen apoyo psicosocial, psicoterapia, medicación, resolución de enfermedades físicas concomitantes, ejercicio y otras medidas posibles. Es imprescindible saber que tienen gran efectividad y que muchas veces acciones sencillas tienen buenos resultados. Aún así cerca de la mitad de las depresiones no reciben tratamiento, lo que es poco sensato e inadmisible.

 
Prevención. Todos –cada uno desde su lugar, formación y recursos- podemos ayudar a quienes están deprimidos, así como contribuir a disminuir el impacto de esta enfermedad.  La difusión de información e instrucción acerca del tema puede mejorar la calidad de vida de muchas personas y familias. Asimismo, puede evitar que quien padece este problema sea estigmatizado o no comprendido.  La detección y la consulta inmediata son primordiales. La escucha a los allegados que pueden estar afectados, brindando apoyo y promoviendo su consulta con especialistas es un aspecto accesible y eficaz. También es importante incidir -apoyando a quienes trabajan esta área y exigiendo a las autoridades- para que los tratamientos psicosociales, psicoterapéuticos y farmacológicos estén disponibles y la información sea adecuadamente difundida. Es necesario que se desarrollen recursos humanos en el área, se lleven adelante programas de detección y se investigue más acerca de esta enfermedad en nuestro país.  

Por las anteriores razones y en aras de una mejora en la salud de la población, la Sociedad de Psiquiatría del Uruguay adhiere a la propuesta de este Día Mundial de la Salud Mental denominado “Depresión: una crisis global”. Asimismo se compromete a la difusión de la información, con un enfoque humanitario y científico”.

 
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