miércoles, 18 de julio de 2012

Las piyamadas: una nueva forma de juntarse


Cuestionando mandatos de época. 
Por Gabriela Albónico




 Piyamadas: una nueva forma de juntarse.

Interrogarnos por los mandatos de nuestra época y revisar nuestra forma de ejercer la paternidad o maternidad nos puede ayudar a  detenernos y pensar en las complejidades de ser “padres express”. El ritmo de la vida urbana, de las obligaciones creadas, muchas veces hace que nos detengamos a pensar sobre las consecuencias de lo que hacemos, recién  después que lo hicimos.
Las piyamadas se han puesto de moda desde hace un tiempo. Como  toda actividad que se vuelve popular el no hacerlo puede significar  quedar afuera,  correr el riesgo de resultar excluido, de no pertenecer.
¿Cuál es el sentido de que niños de 6 a 11 años se junten para  quedarse toda la noche despiertos?
  Lo que merece la pena interrogarse son las piyamadas  sin contención de los adultos, con las reglas que ponen los niños, en un contexto donde  parece que los niños son autónomos en aspectos que no tienen la madurez, ni los recursos para resolverlos. Cansados, irritados, sin el control de sus impulsos, muchos de estos encuentros terminan en experiencias dolorosas para muchos chicos que inciden posteriormente  en su vida social. Acompañarlos en  la organización, conocer las propuestas para los entretenimientos  y sobre todo acordar reglas de funcionamiento asegura que los contratiempos a enfrentar sean los propios de la edad y no situaciones que después tengamos que lamentar.

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